Estamos a unas semanas de que por fin se dé comienzo a los Juegos Olímpicos más esperados en Tokio, después de ser postergados un año más por la pandemia.
Se esperaba que estos juegos fueran únicos en cuanto a tecnología y al posible uso de la mercadotecnia de la nostalgia a todo lo que da, ya que desde el inicio nos emocionaron con imágenes de nuestros personajes favoritos de la infancia, pero lo que sí podemos confirmar, es que serán recordados por ser los primeros Juegos que se lleven a cabo sin público.
¿Juegos sin alma?
El cambio de las fechas para los Juegos hizo que varias empresas se pusieran nerviosas en cuanto a la apuesta de marketing deportivo, ya que se vieron en la necesidad de hacer ajustes dentro de sus presupuestos y replantear sus estrategias.
No olvidemos que los Juegos Olímpicos son uno de los 4 eventos deportivos con más audiencia, lo que los convierte en un escaparates para las marcas a nivel mundial.
O eso era antes del confinamiento, pues existen varios expertos creen que el que no haya un público en las gradas pueda hacer que el evento pierda su atractivo.
Por otro lado, los optimistas mencionan que la mayoría de los aficionados a los deportes olímpicos disfrutaban de la justa por medio de la televisión en familia, por lo que no debería de haber un cambio tan drástico en audiencias, ya que de cualquier forma el interés de los verdaderos aficionados seguirá más ardiente que nunca.
Los perdedores de la justa
Aunque es 100% seguro que veremos a los deportistas dándolo todo en las pistas, la alberca y las canchas, lo cierto es que habrá grandes perdedores (económicamente hablando) en estos Juegos de Tokio 2020, en primer lugar, la misma ciudad sede.
Albergar una justa mundialista o los Juegos Olímpicos representa para la ciudad una oportunidad inmejorable para que durante 4 años todo el mundo voltee a ver la ciudad o al país anfitrión, pues se realizan diferentes eventos promocionales, empezando con la ceremonia de clausura, donde se da un espacio para que la siguiente sede presente los atributos de su país o ciudad.
Está comprobado que este tipo de eventos son un impulsor del turismo, en especial durante las justas, lo que se traduce en un factor de recuperación de la inversión realizada para llevar a cabo la fiesta del deporte, por lo que la decisión de Japón de cerrar sus fronteras a los aficionados representan un duro golpe para la economía de la capital y del mismo país.
En el caso de las empresas podemos decir que, aunque tendrán algo de visibilidad, perderán el contacto directo con los aficionados; no podrá hacer activaciones con experiencias especiales q dentro la Fan Zone fuera de los estadios.
Ahora esta zona se ha trasladado a la página de los olímpicos, pero habrá que esperar hasta que termine el evento para ver qué tan efectiva fue esta acción de los organizadores, lo mismo con la asociación de TikTok con la Eurocopa 2020.
No cabe duda que la manera de vivir los deportes ha cambiado y con ello la manera de hacer marketing deportivo para generar nuevas experiencias y formas de conectar con la afición, esperemos que los organizadores de Catar 2022 estén tomando nota para ver cómo nos sorprenden con la Copa Mundial.
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